domingo, 10 de marzo de 2013


Lenguas y dialectos
El dialecto se define como una variedad sintópica que puede existir en el interior de un diasistema o lengua. Desde una perspectiva científica lingüística, debemos olvidarnos de las connotaciones peyorativas del término "dialecto" frente a "lengua". Simplemente, se entiende por dialecto toda forma de una lengua que tiene su sistema léxico, sintáctico y fonético propio y que se utiliza en un territorio más limitado que la lengua. Si esta forma de lengua asegura la intercomprensión entre una comunidad hablante, se le concede el estatuto de dialecto, despojado el término de toda connotación. Los dialectos de una lengua son objeto de estudio de la Dialectología.

Desde un punto de vista histórico, todo código lingüístico es un dialecto de la lengua de la cual procede, por lo que la estimación de un código como "lengua" o "dialecto" depende de razones de estimación social, política y cultural. De este modo, todos los sistemas de comunicación son dialectos, puesto que todos proceden de otra lengua anterior (indoeuropeo, latín, lenguas romances, etc.).

Desde un punto de vista cultural, se viene aceptando que un código lingüístico adquiere el status de lengua cuando reúne los siguientes requisitos:
a) posee una tradición histórica de cultivo literario; b) ha desarrollado una norma de corrección; y c) está enmarcado en unos límites geográficos bastante precisos.
Cuando un código de comunicación no satisface las tres condiciones es dialecto, y no lengua. Así, el español sería una lengua, pero el andaluz sólo un dialecto.

Desde un punto de vista lingüístico, tanto las lenguas como los dialectos son sistemas lingüísticos con entidad propia. En ese sentido, todo sistema de comunicación es una lengua, aunque con distinto grado de unificación (español y andaluz, por ejemplo, serían lenguas o sistemas de comunicación). En los países sin lengua oficial normalizada, los dialectos son formas de lenguas vecinas unas de otras, cuyos utilizadores se comprenden más o menos y, por oposición a otros hablantes, tienen la impresión de pertenecer a la misma comunidad lingüística.
La delimitación geográfica de un dialecto viene dada por las isoglosas. Éstas son las líneas imaginarias que unen puntos geográficos donde se localiza el mismo fenómeno lingüístico (principalmente, de naturaleza fonética).

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